2. Sí, Doctor II

Su mano libre se deslizó hacia abajo, acariciando suavemente su saco y rodándolo con cuidado. Un dedo trazó su perineo, presionando justo detrás de sus testículos.

—¿Alguna molestia aquí?

—Joder, no, solo no pares.

Ella sonrió maliciosamente, un bajo —Buen chico— se escapó de su boca antes de que...

Inicia sesión y continúa leyendo