11. P***y parpadeando en el parque

Vanessa asintió, sacando los dedos y ofreciéndoselos. Él los chupó, gimiendo por su sabor, luego hundió su rostro entre sus piernas.

Su lengua estaba ansiosa, lamiendo sus pliegues como un perro sediento, sorbiendo su crema con succiones húmedas y ruidosas.

La cabeza de Vanessa se echó hacia atrás...

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