8. Hermoso lío

—Sí, papi —gimoteó Princesa, su voz una súplica rota y entrecortada.

—Por favor… Necesito tu boca. Necesito—

Matt no la dejó terminar.

Sus dedos se hundieron más profundamente en su empapada vagina, curvándose contra ese punto esponjoso dentro de ella que hizo que su espalda se arqueara del sofá....

Inicia sesión y continúa leyendo