3. Atrapado en el acto I

Wendy se despertó a la mañana siguiente sintiéndose de maravilla, su cuerpo vibrando con ese cálido y satisfecho resplandor, pero también débil como el infierno, como si hubiera corrido un maratón.

Llevaba tres meses teniendo estos sueños salvajes y empapados, desde que la muerte de su esposo la go...

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