Capítulo 4
Perspectiva de Violet
La noche pasada fue muy impactante y emocionante para mí. Nunca pensé que los conocería allí. Oficialmente me he unido al club. Hannah me dijo que ahora tengo que hacer una cosa: o esperar a que alguien se acerque a mí para hacerme su sumisa o puedo acercarme a alguien.
He decidido que voy a acercarme a los trillizos yo misma. El próximo fin de semana, voy a visitar el club de nuevo.
Finalmente, hoy es el día en que voy a visitar el club. Durante toda la semana, los trillizos no vinieron a casa. Hoy llevo un vestido rojo corto con un escote profundo que muestra ligeramente mi escote. Fuera del club, me pongo mi máscara.
Al entrar al club, me dirijo hacia el bar donde me encuentro con Hannah.
—Hannah —dije.
—¡Naaz... Wow... te ves increíblemente sexy, chica 😉😉! —dijo.
—Tú también te ves muy bien —dije.
—¿Aún llevas tu máscara? —preguntó.
—Sí, no estoy lista para revelar mi identidad ahora. Tal vez otro día —dije, encogiéndome de hombros.
No puedo quitarme la máscara. Si los trillizos descubren mi identidad, entonces mi oportunidad de ser su sumisa será mínima.
—Entonces, ¿qué has decidido sobre esperar o acercarte tú misma? —preguntó.
—Me acercaré a ellos y les pediré que sean mis amos —respondí.
—¿Ellos? —preguntó con confusión.
—Los hermanos Martínez —respondí.
—¡¿Qué?! —gritó.
Atraía la atención de todo el club hacia nosotras con su grito.
—Lo siento —dijo y todos volvieron a sus asuntos.
—¿Los hermanos Martínez? ¿Quieres que ellos sean tus amos? Estás loca. Sabes que son los amos más estrictos y dominantes. Además, comparten a sus sumisas. Las sumisas completamente entrenadas no pueden manejarlos y si no tienes ninguna experiencia en este estilo de vida, ¿cómo los manejarás? Además, ¿te aceptarán como su sumisa? —preguntó Hannah.
—Lo sé. No te preocupes. Me aseguraré de que se conviertan en mis amos. Sobre ser nueva y manejarlos, estoy segura de que puedo hacerlo. Ten un poco de fe en mí —dije con determinación.
—Si tú lo dices. Solo no quiero que te lastimen. Te apoyaré sin importar qué —dijo.
—Gracias. Eres la única amiga que tengo en este club —dije.
—Hannah, quiero hablar con ellos. ¿Puedes ayudarme? —le pregunté con esperanza.
—Sí, por suerte están en el club. Ven conmigo. Están en su oficina —dijo.
Junto con ella, me dirigí hacia su oficina.
—Espera aquí. Iré a decirles que quieres verlos —dijo y se fue.
Después de cinco minutos, Hannah salió.
—Están listos para verte. Buena suerte —dijo y se fue.
Sé las cosas básicas sobre este estilo de vida, así que mantengo mis ojos hacia el suelo como una buena sumisa y toco la puerta de su oficina.
—Adelante —una voz profunda vino desde adentro, la cual sé que pertenece al Maestro Travis.
Tomé una respiración profunda y entré en su oficina.
Me paré frente a ellos con la cabeza baja. Quiero verlos, pero no quiero enojarlos, así que mantengo la cabeza baja. Puedo sentir sus miradas intensas. Sus miradas me hacen sonrojar y sentir calor por dentro.
—Siéntate —dijo el Maestro Andrew señalando el sofá frente a ellos.
Me senté obedientemente. Estaba esperando a que dijeran algo o me dieran permiso para hablar.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el Maestro Christopher.
—Naaz, Maestro —respondí, aún sintiendo sus miradas ardientes.
—¿Quieres vernos? —preguntó el Maestro Travis.
—Sí, Maestro —respondí.
—¿Por qué? —preguntó el Maestro Andrew.
—Quiero ser su sumisa —dije con determinación.
—Mira hacia arriba —me ordenó el Maestro Christopher.
Levanté la cabeza y mis ojos se encontraron con los de ellos. Puedo ver deseo y lujuria en sus ojos. Se veían tan atractivos y sexys como siempre.
—Por la forma en que miras, podemos decir que eres nueva en este estilo de vida y también muy inocente. ¿Qué te hace pensar que tú, que eres nueva en este estilo de vida y no tienes experiencia, puedes manejar a los tres como tus Maestros mientras que la sumisa más experimentada no ha podido manejarnos? ¿Qué es lo especial en ti? ¿Por qué deberíamos convertirnos en tus Maestros? —preguntó el Maestro Christopher con su voz dominante.
Al escuchar su voz, siento escalofríos en todo mi cuerpo.
—Siempre he querido Maestros como ustedes tres. Es uno de mis deseos más profundos y oscuros. Cuando supe de ustedes tres, supe que solo ustedes pueden cumplir todas mis fantasías. Sé que puedo manejarlos como mis Maestros. Solo denme una oportunidad. Sobre ser inexperta, ustedes pueden entrenarme. Además, sé algunas cosas básicas sobre BDSM. Estoy lista para hacer cualquier cosa, Maestro —dije con confianza.
Al escucharme, sus ojos se oscurecieron más que antes.
—Está bien, si quieres ser nuestra sumisa, entonces tienes que pasar nuestras pruebas de BDSM. Una vez que las pases, te aceptaremos como nuestra sumisa —dijo el Maestro Christopher.
Al escuchar esto, me sentí realmente feliz.
—¿Cuándo tengo que hacer esta prueba, Maestro? —pregunté.
—¡Ahora! Pero antes de esto, tienes que quitarte la máscara —dijo el Maestro Travis.
—Maestro, lo siento, pero no me siento cómoda en este momento compartiendo mi identidad. Una vez que establezcamos un vínculo de confianza entre nosotros, entonces podré compartir mi identidad —dije.
—Está bien, estamos de acuerdo. No te forzaremos —dijo el Maestro Andrew.
—¿Entonces estás lista? —preguntó el Maestro Andrew.
—Sí, Maestro —respondí con nerviosismo y emoción.
—Entonces, ¡desnúdate! —dijo el Maestro Andrew, aún sentado en el sofá opuesto con sus hermanos, teniendo sus miradas intensas sobre mí.



























