Capítulo 9

—Tienes razón, mi futura esposa— Isaac se acercó a mí y tomó mi mano, llevándola a su boca y rozando un suave beso sobre mis nudillos. Mis pestañas revolotearon sorprendidas por la repentina muestra de afecto antes de recomponerme, retirando mi mano y quedándome de pie con las manos cruzadas frente ...

Inicia sesión y continúa leyendo