Capítulo 10

El agarre de Leo me mantuvo en mi lugar por un breve momento antes de que gruñera y me empujara. Tropecé hacia atrás y rápidamente agaché la cabeza.

—¿No puedes ver por dónde vas? —exigió.

—Lo siento —balbuceé.

Leo gruñó.

—Sé lo que estás tratando de hacer, y no funcionará.

—No entiendo —protes...

Inicia sesión y continúa leyendo