Eres un infiel sin remedio

Su apariencia me golpea como una tonelada de ladrillos y me pongo aún más sobria. De repente, me da vergüenza estar con el extraño. El extraño no se da cuenta de que ya no quiero bailar y me acerca aún más a él. Su cabeza se inclina y su cálida lengua viaja por el costado de mi cuello antes de presi...

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