68 decisiones y una cita 2

Hubo una pausa al otro lado de la línea, luego su voz se suavizó de una manera que me inquietó. —¿Te hace daño, Emma?— preguntó, y me estremecí ante la implicación.

—No— respondí rápidamente, tratando de mantener mi tono firme. —Para nada.

Soltó una risa baja, que no tenía nada de humor. —Incluso ...

Inicia sesión y continúa leyendo