84 Confesiones

Theo,

Me senté solo en la casa, con el corazón acelerado por la impaciencia. Cada nervio en mi cuerpo me gritaba que levantara el teléfono y llamara a Luca. Necesitaba saber cómo estaba Lacy, pero no podía arriesgarme. No ahora. Tenía que mantener la farsa, mantener la ilusión de preocupación, por ...

Inicia sesión y continúa leyendo