89 Reconciliación

La noche era una tormenta de emociones, y sentía que mi corazón intentaba saltar de mi pecho con cada segundo que pasaba. La ansiedad me acosaba implacablemente, haciéndome imposible quedarme quieta. Susurré oraciones desesperadas a la diosa, rogándole que los mantuviera a salvo—Theo, mi hijo, e inc...

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