18 Sin ataduras, tócame

Emma.

Luca rompió el beso, y sus ojos oscuros se clavaron en los míos, su intensidad hizo que mi respiración se entrecortara. Estaba jadeando, apenas capaz de contener el fuego que ardía dentro de mí. Mi cuerpo temblaba bajo su mirada, cada terminación nerviosa viva y gritando por su toque. Debió d...

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