Amortiguador 32 A

Emma.

Lloré hasta que las lágrimas se secaron en mis mejillas, dejando mi rostro pegajoso e hinchado. Mi pecho se agitaba con sollozos tan violentos que me dejaban sin aliento, como si el dolor se hubiera filtrado en mis pulmones y exprimiera cada última gota de aire.

El viaje a Celio fue una pesa...

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