Capítulo 277

Mi teléfono vibró sobre la mesa de café de caoba, un número desconocido apareció en la pantalla. Dudé en dejarlo ir al buzón de voz, pero algo me hizo alcanzarlo.

—¿Hola? —contesté, tratando de mantener mi voz firme.

—Sage.

Esa voz. Profunda, autoritaria, instantáneamente reconocible. Mi corazón ...

Inicia sesión y continúa leyendo