Capítulo 45- Las hembras de la cuenca

Mi punto de vista

Mis rodillas aún temblaban, mis labios estaban hinchados y cada centímetro de mí vibraba con el calor que Greyson había vertido en mí.

Dioses. Apoyé mi palma contra la corteza rugosa, obligándome a respirar despacio antes de hacer algo estúpido, como volver al pueblo con los musl...

Inicia sesión y continúa leyendo