CAPÍTULO 121

DIEGO

—Las cosas no dejan de mejorar— me reí, metiendo ambas manos en los bolsillos mientras observaba a mis trabajadores, llevando a cabo sus tareas en el piso secreto de la oficina.

Es el día siguiente y todavía estoy celebrando las noticias de ayer como si fuera un premio gordo.

Claro que es u...

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