CAPÍTULO 23

ANASTASIA

—Maldición, parece que llego tarde— suspiré al enterarme del paradero del guardia que me llevó a la tienda de teléfonos.

Diego lo había llamado y siguió al Alfa a saber dónde, para una misión.

—Ahora no puedo saber si este objeto es importante para mi teléfono o no, y no sé a quién preg...

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