CAPÍTULO 44

Anna y yo estábamos sentados en la cama con nuestros pijamas.

Ella tenía los brazos cruzados mientras se apoyaba en su almohada, contándome todo lo que había sucedido entre ella y Damian durante la fiesta.

—Me quedé atónita por su acción. ¡Ese imbécil incluso se atrevió a restregarse contra mí en ...

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