CAPÍTULO 45

ANASTASIA

El rayo de sol golpeó mi rostro, obligándome a abrir los ojos.

Gruñí al despertar, sentándome con cuidado para poner mi cabeza y cuerpo en posición para el día.

—Qué noche— murmuré, sintiendo cómo mi boca se extendía en una sonrisa, pensando en el hermoso y conmovedor momento con mi Alf...

Inicia sesión y continúa leyendo