CAPÍTULO 50

ANASTASIA

Todavía no supero el comportamiento de Diego de ayer.

Su repentina ira me asustó.

Puede que no se haya dado cuenta, pero cuando me gritó, sus ojos de lobo brillaron, lo que me hizo temblar.

Me sentí realmente preocupada.

Esta mañana pensé en dirigirme a su habitación para ver si estab...

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