CAPÍTULO 53

—¡ANNA! —gritó Cassandra, corriendo hacia mí para darme un abrazo.

Diego y yo bajamos las escaleras para dar la bienvenida a nuestros invitados, que estaban sentados en la sala, mirando el lugar con asombro.

Vi cómo Casey paseaba su mirada por el lugar después de ver la altura de la mansión del Al...

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