CAPÍTULO 6

ANASTASIA

Podía sentir su polla endureciéndose con mi toque. Aumentaba mi desesperación por succionarla en mi boca, con mi lengua envuelta alrededor de su suave punta.

—¿¡Qué estás haciendo!? —gritó el Alfa Diego, alcanzando mi cabello y tratando de apartarme.

Terca en obedecer, agarré su miembro...

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