CAPÍTULO 60

ANASTASIA

—¿Qué tal otro trago?— sugerí con una sonrisa en el rostro, llamando a un camarero.

Intenté mantener mi atención en el camarero que nos servía las bebidas, pero la presencia molesta de alguien no me dejaba en paz.

Desde donde estaba sentada, recostada en mi asiento, dirigí mi mirada a D...

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