CAPÍTULO 83

ANASTASIA

—Tuve que dejarlo ir por tu bien, Anna. Tu seguridad era más importante, y no quería arriesgar tu vida más con esos perros rondando— suspiró, respirando sobre mi cuello.

Escuchar a mi Alfa hablar de sus preocupaciones me hizo sentir aún más molesta conmigo misma.

Si me hubiera quedado, ...

Inicia sesión y continúa leyendo