109. Te voy a extrañar hasta en la piel.

Después, el silencio vuelve. No el mismo de antes, sino uno más blando, casi dulce, que se acomoda entre nosotros mientras quedamos enredados sobre la alfombra, con el cuerpo todavía húmedo de sudor y el corazón golpeando lento, como si necesitara tiempo para entender lo que acaba de pasar. Nadie di...

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