111. Y entonces se besan.

Javier no responde enseguida. Solo asiente, breve, como si cualquier otra cosa se le quedara atascada en la garganta. Y cuando Álvaro alza la mano y le roza el pecho, despacio, con una caricia que parece temblar de pura intensidad, el silencio entre ellos se llena de algo tan palpable que casi me du...

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