120. El juicio.

Narra Álvaro.

No duermo bien desde hace semanas, y no es por nervios —nunca me puse nervioso por un juicio, ni siquiera cuando tenía veinticinco y todos juraban que iba a arruinar mi carrera antes de que empezara—, es por esa mirada. La de Sergei. La de “sé exactamente quién sos y qué voy a hacerte ...

Inicia sesión y continúa leyendo