134. Una noche de confesiones.

Y cuando el cielo empieza a clarear, cuando el azul oscuro se vuelve apenas más pálido y las olas nos golpean los cuerpos exhaustos, sé que esta noche se va a quedar conmigo para siempre, tatuada bajo la piel, latiendo cada vez que los mire y recuerde cómo fue entregarnos sin miedo, sin preguntas, c...

Inicia sesión y continúa leyendo