16. El calor de tu voz en mi espalda.

La habitación está bañada por la luz suave de las lámparas egipcias. El murmullo del jacuzzi sigue de fondo, lejano ahora, como un eco. Estamos desnudos, cubiertos apenas por las sábanas negras que resbalan por nuestros cuerpos sudados, aún agitados.

Javier está encima de mí, pero no hay prisa en su...

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