17. Un nuevo vértigo.

Javier no puede dejar de sonreír. Sus ojos brillan con la misma intensidad con la que me miraba cuando nos conocimos. Es como si algo en su interior hubiera despertado. Como si hubiera regresado a sí mismo… o a nosotros.

Estamos aún en la habitación del hotel, los cuerpos relajados, entrelazados baj...

Inicia sesión y continúa leyendo