62. Qué rico culito tenés.

Narra Silvia.

Él se ríe también, pero esa risa no es liviana. Tiene hambre, tiene ganas, tiene amor. Y me penetra de nuevo, lento, como si estuviéramos bailando un bolero con los cuerpos desnudos.

Y yo lo siento. Dios, lo siento todo. Cada centímetro. Cada empuje. Cada beso que me da en la nuca. Cad...

Inicia sesión y continúa leyendo