68. No digas nada. Solo hacelo.

No sé bien cómo llegamos a este punto. Hay una copa medio vacía, música suave saliendo de algún rincón invisible del chalet, luces tenues que proyectan sombras largas sobre las paredes. Y ellos. Javier recostado con el cuerpo aún encendido, mirándome como si lo único que importara en el mundo fuera ...

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