81. De a dos, de a tres.

Me despierto con la luz suave filtrándose por la ventana, y un murmullo lejano que viene de la sala. Bajo las escaleras con sigilo y los encuentro ahí, juntos, ajenos a mi presencia, como si el mundo se hubiera reducido a esa pequeña burbuja donde sólo existen ellos dos. Ríen sin cuidado, como niños...

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