89. Lo que viene después.

La luz del amanecer se cuela entre las cortinas cerradas, como un intruso amable. La habitación está en silencio. Cuerpos revueltos, sábanas húmedas, el eco de lo que fuimos hace apenas unas horas.

Estoy en el centro. Literalmente. Álvaro duerme de un lado, boca abajo, con el rostro apenas girado ha...

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