Capítulo 39

Madison

El ascensor se abrió con un ding en nuestro piso, y Alexander salió primero, dejándome seguirlo como la buena asistente que se suponía que debía ser. Mis piernas aún se sentían temblorosas, y sentarme en mi escritorio resultó interesante.

El día pasó lentamente en una ráfaga de correos ...

Inicia sesión y continúa leyendo