Capítulo 83

El vuelo privado de regreso a Nueva York pasó en un borrón de champán y las manos errantes de Alexander.

Me hundí en mi lujoso sofá, finalmente en casa después del vertiginoso viaje a Las Vegas. Mi cuerpo aún hormigueaba por el toque de Alexander, y no podía borrar la estúpida sonrisa de mi rostro.

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