Capítulo 35: El amor

Alanna.

Estaba en la habitación de Dorian, acostada y sin una prenda que cubriera mis partes más íntimas.

Todavía me daba vergüenza que él me viera de esa forma, ya que no apartaba sus ojos y me analizaba como si yo fuera una escultura.

Se acomodó y puso mis piernas en cada extremo para que quedaran...

Inicia sesión y continúa leyendo