75. Lágrimas de felicidad

Ya ha atardecido considerablemente cuando Luis Ángel se dirige hacia el apartamento. Puede descansar por hoy de la compañía, de los accionistas y en sí de todo lo que tenga que ver con la empresa. Trata de llamar a María Teresa pero no contesta, y se sorprende al ver a Roselia con el niño.

—¡Señor!...

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