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DOMINIC

Raina tenía que haber perdido la cabeza para pedirme esto—a pocas horas del nacimiento de mi hijo, nada menos.

La miré, mis emociones oscilando violentamente entre la ira y la confusión. Sus palabras resonaban en mi mente, cada sílaba más absurda que la anterior. ¿Pensaba que me sometería v...

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