64

RAINA

Volver a enamorarme de Alex era aterrador. No quería admitirlo, ni siquiera a mí misma. Él no había dicho nada sobre nosotros—sin promesas, sin confesiones—pero sus acciones hablaban alto y claro. Cada gesto protector, cada momento considerado, todo iba derribando las murallas que había constr...

Inicia sesión y continúa leyendo