56

—Solo digo. Dijiste que te disculpabas sinceramente, pero no sentí ni una pizca de sinceridad en tu corazón. ¿Te sientes arrepentida, verdad? Supongo que algo malo le ha pasado a tu precioso hijo y necesitas mi ayuda.

—¡Si lo sabes, ¿por qué no interviniste?! Mi hijo está a punto de ser decapitado ...

Inicia sesión y continúa leyendo