18.

El hospital donde estaba el abuelo era relativamente pequeño. Yo no podía costearme nada más. Ya había faltado a mi trabajo de la mañana, no podía faltar al trabajo de la tarde. Sí o sí tenía que velar aún por la seguridad de mi abuelo, aunque fuera con el mediocre sueldo que ganaba en ambos empleos...

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