22.

La presión que invadió mi cabeza en esos momentos fue abrumadora. Supe que perdería el conocimiento, mi visión se hizo tremendamente borrosa, todo el cuerpo... cemento. Meció que dije, horrorizada. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Estefanía... —levantó la cabeza y sonrió. Tenía una sonrisa en la ...

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