Capítulo 5

Lisa estaba en la mansión de Gareth a la mañana siguiente para honrar la invitación de Noemi. Entró tan inocentemente.

—¡Ding Dong!— Jacob fue quien abrió la puerta inmediatamente al escuchar el sonido.

—Hola guapo— susurró Lisa mientras él abría la puerta para que ella entrara.

—¿Dónde está tu esposa?— le preguntó.

—Está arriba y bajará pronto.

—Está bien, la esperaré entonces— se ofreció un asiento.

—Lisa— la llamó Jacob.

—Sí— respondió ella.

—Necesitamos hablar afuera.

—No estoy segura de que eso vaya a funcionar— le contestó.

—¿Por qué no?— preguntó él.

—Porque no tengo ganas de hacerlo ahora mismo.

—No tienes opción, Lisa— la voz de Jacob era un poco más firme de lo habitual.

—Sí tengo opción, y digo que no— Lisa se negó.

—Lo siento, pero tendrás que venir conmigo— Jacob tomó la mano de Lisa y la arrastró afuera.

—¿Qué demonios te pasa?— se quejó Lisa mientras Jacob la arrastraba fuera de su casa cuando ella había venido a visitar a Noemi.

—Debería preguntarte eso a ti— le dijo Jacob. —Pensé que habíamos acordado mantener tu embarazo en secreto— miró alrededor para confirmar que Noemi no estaba cerca.

—¿Es mi culpa que tu esposa infértil descubriera que estoy embarazada?— suspiró Lisa.

—¿Qué dijiste sobre mi esposa?— preguntó Jacob con enojo.

—¿Quieres golpearme?— cuestionó Lisa. —¿Quieres golpear a la madre de tu heredero?

—No vuelvas a hablar de mi esposa de manera tan irrespetuosa— Jacob le advirtió.

—La verdad duele y lo sabes— Lisa no iba a retroceder en ese instante, seguía hablando.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Jacob.

—Tu mujer especial y yo vamos de compras para mi bebé, nuestro bebé. ¿No es poético?— Lisa se rió a carcajadas, más como una lunática.

—¡Shh!— Jacob usó su mano para taparle la boca. —¿Qué intentas hacer, meterme en problemas?

—¿Cómo puedo meterte en problemas por reírme?— le preguntó Lisa.

—¿Y qué le dirás a Noemi que estás discutiendo conmigo que te hizo reír de esa manera?— preguntó primero Jacob. —¿Quieres levantar sospechas sobre nosotros?— terminó.

—Lo siento, cariño— intentó poner sus manos alrededor de su cuello, pero él las apartó.

—¡Ay! Eso dolió— respondió ella al dolor.

Noemi todavía estaba tomando su ducha. Ella fue quien invitó a Lisa a venir. Noemi estaba muy emocionada de que su mejor amiga fuera a ser madre pronto. Quería ser la madrina del niño, tal como ella y Noemi siempre habían planeado. Todavía estaba en la ducha cuando Jacob arrastró a Lisa afuera.

—Estás loca— le dijo Jacob a Lisa. —Te estás burlando de tu amiga.

—No, solo la estoy describiendo como es: infértil— Lisa se rió. Jacob no pudo hacer nada más que lamentar por qué cometió tal error.

—Nunca has sido amiga de Noemi— tosió sus observaciones.

—Empezaba a pensar que eras tonto. Temía por mi hijo— Lisa confirmó lo que Jacob había dicho, nunca fue fan de Noemi.

—Me pregunto qué hizo en la vida para merecer a alguien como tú, ¡una traidora!— Jacob fue duro en su comentario hacia Lisa.

—¿Y qué hizo ella en la vida para merecer a alguien como tú, un esposo desleal y tonto que ni siquiera puede controlar sus impulsos sexuales?— le devolvió el golpe.

—Al menos me siento arrepentido por lo que he hecho, pero tú, tú lo disfrutas— Jacob la miró con ojos llenos de desprecio y asco.

—Te dije que te fueras a otra ciudad hasta que dieras a luz a mi hijo.

—¿Dónde está la diversión en eso?— cuestionó Lisa. —Soy una mujer embarazada, no una prisionera— dijo.

—Habrías estado más libre si te hubieras mudado de la ciudad hasta dar a luz— le dijo Jacob.

—No puedes decirme cómo vivir mi vida— le habló Lisa enojada. —Si no puedes ser lo suficientemente hombre para nuestro hijo, tu heredero, entonces lo haré YO por ti.

—¿Nuestro hijo?— Una voz resonó detrás de ellos. Era Noemi, quien había escuchado lo que Lisa dijo.

—Noemi, por favor, puedo explicarlo— reaccionó Jacob de inmediato, tratando de calmarla. Pero, ¿estaba ella alterada de alguna manera? No. Ella seguía preguntando:

—¿Nuestro hijo?— Dio un paso más cerca de Lisa cada vez que hacía esta pregunta.

Lisa y Jacob permanecieron en silencio.

—¿Quieres decir que mi esposo es el responsable de tu embarazo?— preguntó Noemi con lágrimas colgando en los bordes de sus ojos. Su voz casi se perdía y apenas podía hablar.

—¡Alguien, háblenme!— gritó y dejó caer las lágrimas que colgaban en sus ojos.

—¿No es obvio?— dijo Lisa con valentía, con ojos desprovistos de remordimiento. Noemi no podía creer que fuera Lisa quien tuviera el valor de traicionarla.

—¿Por qué?— le preguntó a Lisa con el corazón roto y el rostro extremadamente enrojecido. Sus ojos estaban cansados de contener las lágrimas que eran un desbordamiento de sus emociones.

—Puedo explicártelo, Noemi— Jacob intentó tocarla. Ella lo miró con una mirada de muerte y ojos ardiendo de rabia.

—¿Cómo pudiste?— se volvió y le preguntó a Jacob. —¿Es porque necesitabas un heredero que sentiste que era correcto traicionarme con mi amiga?

—No, yo...— Antes de que Jacob pudiera decir algo más, Noemi corrió hacia la casa. En no más de quince minutos, salió rodando su equipaje.

—Me voy— le dijo firmemente a Jacob. Miró a Lisa y sus ojos no pudieron seguir conteniendo el líquido salino. Se dejó salir y engrasó sus mejillas, encontrando su camino hacia su boca mientras luchaba por hablar.

¿Perdonará Noemi alguna vez a Lisa y Jacob? Salió sin decir más palabras, solo lágrimas.

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