11

—¿Qué?! —grité, mientras colocaba mi mano en mi corazón. Eso fue tan intenso.

—¿Estás llorando? —preguntó ella.

—No, ¿por qué piensas eso?

—Pensé que te escuché sorber.

Toqué mi cara y estaba mojada de lágrimas. Maldición. He estado llorando todo el tiempo.

—No, no he llorado.

Hubo un silencio por u...

Inicia sesión y continúa leyendo