Capítulo 28

Aún algo aturdida por lo que acaba de pasar, me dirijo al enorme ventanal que hay en la recámara y corro las cortinas para ver qué es lo que hay detrás de ellas, sin embargo, los fuertes rayos de sol me hacen entrecerrar los ojos.

–Ciertamente no son las seis de la mañana…–murmuro mientras mis ojos...

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