TREINTA

La cena fue sorprendentemente tranquila para ella. La ausencia de Cerbero explicaba mucho y realmente no quería que él estuviera allí para arruinar el momento. Miró a Hades, que estaba al menos a un metro de distancia, y lo vio comiendo silenciosamente un trozo de carne. Cuando él levantó la vista p...

Inicia sesión y continúa leyendo