05
LORENZO
Regreso al dormitorio con la cabeza en alto y el corazón latiendo con fuerza. Iba a decirle quién soy, iba a decir que soy Lorenzo Fernando Rocatelli, pero ese beso me hizo replanteármelo, quiero decir, me hizo perder la noción de quién era, quién soy. Y solo empeoró cuando dijo que quería distancia de Lorenzo por culpa de Rafaella. Esa chica solo me molesta con esa idea de que soy suyo y que nos vamos a casar. Argh, solo si es en su cabeza enferma. Sé que esto debe ser algo que sus padres junto con mi padre alimentaron en la cabeza de esa chica fútil y consentida. Solo olvidaron que para que esto suceda dos personas deben estar de acuerdo y yo no estoy en absoluto inclinado a eso. La chica es muy fútil y solo me dan ganas de mantenerme alejado de ella. Ya se lo he dicho, pero parece que no entiende, o hace que no entiende, y para colmo todavía aterroriza a las otras chicas para que no se acerquen a mí. Menos mal que mi Fran no me conoció como Lorenzo, de lo contrario no me habría dejado acercarme. No puedo explicarlo, pero desde la primera vez que la vi, me sentí atraído por ella, como un imán. Además de ser hermosa, es dulce, encantadora, increíble. Tiene una historia de vida complicada y aun así se convirtió en una chica encantadora y no se rebeló, después de todo conozco gente que por mucho menos se vuelve amargada, a veces incluso tomando caminos oscuros. Apuesto a que si le dieran la oportunidad de conocerla mejor, verían qué chica tan especial es. Después de los deliciosos besos intercambiados no quería dejarla ir, aunque sabía que necesitaba hacerlo, al igual que no quería perderla por culpa de Rafaella. Así que necesito pensar en algo para que no descubra que Fernando y Lorenzo son la misma persona, al menos no por ahora. Fran es mía y no la perderé por ninguna consentida. Sí, Fran ha sido mía desde el día que la vi en ese jardín y eso solo se confirmó con el beso que intercambiamos. Ah, ¡el beso! Confieso que sentir sus labios fue como tocar el cielo y volver. Eso sí, puedo decir que fue el mejor que he recibido en mi vida. La quiero para mí ahora más que nunca. Sentir su cuerpo junto al mío, sus labios pegados a los míos, su respiración entrecortada e incluso su vergüenza después de deshacer nuestro beso, fue increíble. Noté que parecía inexperta y eso solo me volvió más loco. Admito que tuve que contenerme mucho para no avanzar la señal. Entro en la habitación sonriendo y mi amigo sigue observándome.
—Mira si no es mi amigo enamorado. Te veo suspirando, todo feliz, ¿qué pasó para que estés tan contento?
—Digamos que hoy tuve la confirmación que quería. Nos besamos y fue increíble, amigo. Esa mujer hermosa es mía y nada nos separará.
—¿Te has vuelto loco de verdad, amigo? Solo tienes dieciséis años y una vida por delante para decir eso de una chica. Aún queda mucho por pasar en tu vida. Pronto estaremos en la universidad y dicen que tanto los de primer año como los de último son increíbles. Sin mencionar que serás el CEO de la empresa de tu padre y eso atraerá a mujeres hermosas a tu vida. ¿Te has imaginado las mujeres de portada de revista que tendrás?
—Amigo, anota lo que te voy a decir, no quiero a ninguna otra, solo quiero a Fran. Es increíble y logró ganarse mi corazón.
—Es mi amigo, veo que Cupido te ha flechado. Pero creo que estás olvidando algo antes que nada.
—¿Qué?
—Mañana es el día de Sant'Anna y Rafaella no dejará que nadie se acerque a ti. ¿Has pensado en eso?
—¡Mierda, lo había olvidado! Mañana no podré ir a esa fiesta, amigo. Si voy, Rafaella estará encima de mí y Fran descubrirá que soy Lorenzo, el chico al que no quiere acercarse para nada.
—Oye, amigo, ¿cómo es eso?
—Iba a decirle quién era, pero luego dijo que no podía acercarse a Lorenzo para no darle a Rafaella otra razón para humillarla y desistí de la idea de que Fernando y Lorenzo son la misma persona.
—Entonces si te presentas mañana, ella descubrirá la verdad y tal vez no quiera verte más.
—No quería que descubriera la verdad así —digo mientras me acuesto en la cama y me pongo el brazo sobre los ojos.
—¿Sabes lo que vas a hacer?
—Solo sé que no podré ir mañana, necesito inventar algo. Necesito hablar con Fran antes que nada, no quiero que descubra mi identidad de la manera equivocada.
La puerta se abre y el monitor de la clase asoma la cabeza.
—Es hora de apagar las luces, mañana salimos temprano. Estén listos a las ocho de la mañana, frente a la puerta y con el uniforme.
Apago la luz y él cierra la puerta. Tan pronto como escuchamos los pasos alejarse, enciendo la luz de nuevo, pero ahora la lámpara en la cabecera de mi cama.
—Lo sé, amigo, mañana estaré enfermo y no podré ir. Así me deshago de Rafaella y evito que Fran descubra la verdad, al menos por ahora. Necesito tiempo para contárselo y asegurarme de que no huya de mí.
—Amigo, eso no va a funcionar. Pero bueno, tú sabes lo que haces. Me voy a dormir porque mañana voy a las festividades y tal vez conozca a esa Fran que ha enganchado el corazón de mi amigo.
—Amigo, no abuses, quita los ojos de mi chica.
—Tranquilo, hombre, no soy un roba novias —dice lanzándome la almohada.
—Eso espero. Pero de todos modos, no podré ir y espero que Fran no relacione mi ausencia con la de Lorenzo. —Le devuelvo la almohada, lanzándosela a la cara.
—Sabes, si necesitas ayuda, cuenta conmigo. Pero ahora me voy a dormir, nos vemos mañana y prepárate para ser un buen actor.
—En realidad, creo que voy a necesitar un favor tuyo, eres mi amigo y sé que puedo confiar en ti. Quiero que le entregues una nota a Fran. Pero, amigo, nada de bromas de su lado.
—Amigo, ya te dije que la esposa de un amigo, para mí, es un hombre. Dame el papel mañana y encontraré la manera de que llegue a sus manos.
—Sabía que podía contar contigo. Peppe, te considero el hermano que no tuve y siempre que necesites, aquí estoy.
—Lo sé, Enzo, y el cariño es recíproco. Pero sabes que me debes una grande —dice riendo.
—Lo sé y puedes dejarme pagar.
Mi amigo se da vuelta y yo pienso en los dulces labios de mi Fran. Mañana no pasaré el día con ella, pero la estaré esperando en cuanto regrese de su día de fiesta, muriéndome por probar sus labios de nuevo.
GIUSEPPE
Abro los ojos con la claridad que entra por la rendija de la ventana y miro el reloj frente a mí. Son unos minutos para las siete de la mañana y es hora de levantarse si quiero estar listo para el día de festividades. Miro al lado y veo a Lorenzo dormido. Por cierto, hoy no tendremos la ilustre presencia del pesado de Lorenzo. Aff, es molesto y todavía piensa que soy "su hermano". Confieso que me da asco ver que donde quiera que va la gente le besa los pies y el idiota ni siquiera se da cuenta, con todo ese discurso de "humildad". No merecía ser el hijo del señor Marco Rocatelli, pero yo sí, yo debería ser su hijo. Después de todo, sé cómo valorar las cosas y no soy como ese tonto que piensa que la vida es un lecho de rosas.
Lorenzo tiene un padre increíble, que hace todo por él, pero parece que el imbécil no entiende esto y va en contra de todo lo que su padre le pide. Oh, si dependiera de mí... Pero como dicen, Dios no le da alas a las serpientes. Soy rico, heredero de una empresa de maquinaria agrícola, bien respetado, pero no tengo el poder que el apellido Rocatelli posee aquí en Italia. Y ese es mi objetivo principal, convertirme en el número uno, dejando atrás a Lorenzo, que no hace ningún esfuerzo. Aún tendré todo el prestigio que él tiene. Ahora está esto de Fran... Necesito averiguar más sobre esta chica y si es linda, encontraré la manera de acercarme a ella y alejarla de él. El gato de Rafaella ya ha dado algunas pistas e incluso le ha quitado la virginidad. Pensé que me quitaría el sueño y se jactaría de ello, pero estaba totalmente equivocado. Ni siquiera mira a la chica que ahora se arrastra para ser la Primera Dama Rocatelli, aunque en realidad me quiere a mí. Sí, la hice gemir de placer mientras chupaba su dulce coño y luego la follé de todas las maneras imaginables. La chica caliente gemía y se corría en mi polla innumerables veces. Aún más cuando me la comí por detrás y ella pedía más. Luego dijo que no pasaría de eso, después de todo necesitaba casarse con el saco de Lorenzo. Admito que escuchar eso después de haberle dado placer solo aumentó mi ira y envidia hacia él. Si supiera el fuego que tiene Rafaella, tal vez incluso se involucraría con ella y se quedaría con mis sobras. Lorenzo se despierta y necesito ponerme la máscara de buen amigo.
—¿Ya es hora, hombre? —dice, todavía frotándose los ojos.
—Sí, ahora quiero saber qué vas a inventar.
—Haré esto, fingiré que estoy tosiendo y con fiebre. ¿Puedes llamar al monitor cuando termines de cambiarte?
—Claro, amigo.
—Antes de que te vayas, aquí está la nota, entrégasela a mi Fran, por favor.
—Claro, puedes contar conmigo. —Guardo la nota en el bolsillo de mis pantalones.
Salgo de la habitación, maldiciendo mentalmente al idiota que piensa que soy su empleado. Con esta charla de "amigo", abusa de mi buena voluntad, tratando de hacerme su empleado. Encuentro al monitor dirigiéndose a la entrada de la escuela.
—Monitor, Lorenzo no se sintió bien en la noche y no podrá ir.
—¿Ya estás listo?
—Sí, lo estoy.
—Perfecto, dirígete al autobús, veré cómo está él. Gracias por informar.
Me despido del monitor y me dirijo a un día libre de ese aburrido Lorenzo. Hoy voy a lucirme y tal vez averigüe más sobre esta Fran.
