CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y SEIS

Me movía como un fantasma que llevaba mi piel.

La basura salió. Las sobras fueron selladas y guardadas en el refrigerador.

Esta noche debería haber sido memorable. Una noche que había recreado en mi cabeza una docena de veces con silenciosa anticipación, preguntándome qué había planeado él.

En ca...

Inicia sesión y continúa leyendo