CAPÍTULO CIENTO SETENTA Y CUATRO

KYLE

Encontrar a Lucian realmente no fue difícil.

No con la ayuda de Jack. Pudo rastrear el último ping del USB encriptado que Lucian me lanzó, y con un poco de maniobra digital —y algunos favores por los que probablemente le debía unas bebidas— lo redujimos a un edificio antiguo en el borde de la...

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